Motricidad
El término motricidad se emplea para referirse al movimiento voluntario de una persona, coordinado por la corteza cerebral y estructuras secundarias que lo modulan. Debe distinguirse de "motilidad", que hace referencia a los movimientos viscerales; como, por ejemplo, los movimientos peristálticos intestinales. En su estudio surge un problema, pues al ser un acto consciente en principio parece que debieramos encontrar el origen del movimiento en la voluntad humana, pero se demuestra que ésto no es así. Muchos experimentos han demostrado que la consciencia del "acto consciente" surge unos milisegundos después de haberse originado en áreas corticales premotoras y de asociación.
http://es.wikipedia.org/wiki/Motricidad
La motricidad fina es el tipo de motricidad que permite hacer movimientos pequeños y muy precisos. Se ubica en la Tercera Unidad funcional del cerebro, donde se interpretan emociones y sentimientos (unidad efectora por excelencia, siendo la unidad de programación, regulación y verificación de la actividad mental) localizada en el lóbulo frontal y en la región pre-central.
La motricidad fina es aquella que permite hacer movimientos pequeños y preciosos. Se localiza en el lóbulo frontal y en la región pre-central del cerebro. Aunque los recién nacidos pueden mover sus manos y sus brazos, esos movimientos no son controlados, es decir, no son conscientes. En este sentido, la motricidad fina son movimientos controlados que requiere de dos condiciones fundamentales: el desarrollo muscular y la madurez del sistema nervioso central.
En el campo de la lectura para niños sordos, enseñar estrategias para enseñar a leer en voz alta a un niño sordo parece imposible. Aunque nos parezca raro en una sociedad avanzada como la de hoy en día, ésta suele ser la primera reacción de muchos padres y profesores de niños sordos, que piensan que sus hijos o estudiantes no pueden aprender a leer en voz alta, o que ellos no pueden hacerlo debido a su sordera.
Algunos autores han investigado cómo los adultos sordos leen a sus niños sordos y han encontrado ciertos elementos que se repiten en las sesiones de lectura de cuentos. Por ejemplo, en un estudio realizado por Lartz y Lestina, en 1993, se encontró que unas madres sordas seguían un patrón repetitivo cuando leían a sus hijos sordos. Los patrones fueron identificados y presentados como estrategias que luego fueron sugeridas a maestros y a padres oyentes para que las utilizaran cuando leían en voz alta a sus niños sordos. Asimismo, hay autores que sugieren que si seguimos esas estrategias utilizadas por los adultos sordos, podremos desarrollar las destrezas de lectoescritura en nuestros niños sordos, tanto en el colegio como en casa.
La psicomotricidad fina es la coordinación de movimientos de distintas partes del cuerpo con precisión. Precisa un elevado nivel de coordinación por parte de los bebés, ya que los movimientos realizados por una o varias partes del cuerpo, no tienen amplitud sino que son movimientos de precisión.
Las habilidades de la psicomotricidad fina se van desarrollando progresivamente. A partir de los 2 a 4 meses, comienza la coordinación de manos y ojos. A los 5 meses, aproximadamente, comienza lo que se conoce como "los cimientos de la motricidad", que es cuando el niño toma objetos con sus manos. Así, siguiendo esta línea de aprendizaje, progresivamente el niño va empezando a coordinar hasta llegar a la edad escolar. Sin embargo, algunos autores consideran que la psicomotricidad fina se inicia hacia el año y medio de edad, cuando el niño, sin ningún aprendizaje, empieza a emborronar con lápices un papel o comienza a colocar bolas o cualquier objeto pequeño en algún bote, botella o agujero.




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